documents/Clausula_del_Rio.md

11 lines
1.6 KiB
Markdown

Desde la perspectiva de la tradición de la revolución liberal, el voto secreto ha sido una de las herramientas clave para garantizar la libertad política, la igualdad de derechos y la integridad de qualquier proceso que pretenda ser legítimo. La libertad de elección no es una casualidad histórica, sino el resultado de exigencias para evirtar en lo material, el fraude y en lo inmaterial, la coerción extraeconòmica o incluso la corrupción.
¿Por qué es tan importante poder expresar y elegir de manera secreta y anónima?
En las democracias liberales, la libertad individual es la base del contrato social. Sin embargo, para que exista una auténtica libertad política, los ciudadanos deben poder expresar su voluntad sin miedo a represalias.
Protección contra la coacción: si el voto fuera público, los ciudadanos podrían estar sometidos a presiones de su entorno: jefes, familiares, partidos políticos, sindicatos o incluso grupos religiosos. Con un voto secreto, nadie puede obligar a un individuo a votar de una manera específica porque no hay manera de verificarlo.
Evita la compra de votos: el voto secreto impide que se pueda comprar el sufragio de manera efectiva, ya que el comprador no tiene manera de asegurarse de que el votante cumplió con el acuerdo.
Evita la intimidación electoral: históricamente, en sistemas donde el voto no era secreto, los empleadores podían presionar a sus empleados, los terratenientes a sus inquilinos o los grupos de poder a los más vulnerables. Con un voto en papel depositado en una urna, la única persona que conoce la decisión es el votante.